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Papel de la Enfermera de Salud Mental

La enfermera de Salud Mental suele ser una de las primeras personas que un paciente ve cunado es ingresado en la sala de salud mental. El...

jueves, 16 de febrero de 2017

Mitos acerca de los comportamientos suicidas Hay numerosos mitos con respecto a los comportamientos suicidas. A continuación se presentan algunos de los más comunes:



Mito 1: Las personas que hablan acerca del suicidio no se hacen daño pues sólo quieren llamar la atención. FALSO. Se deben tomar todas las precauciones posibles al confrontar a una persona que habla acerca de ideas, planes o intenciones suicidas. Todas las amenazas de daño a sí mismo se deben tomar en serio.       
Mito 2: El suicidio es siempre impulsivo y ocurre sin advertencia.
. El suicidio puede parecer impulsivo, pero puede haber sido considerado durante algún tiempo. Muchos suicidas dan algún tipo de indicación verbal o conductual acerca de sus intenciones de hacerse daño.
Mito 3: Los suicidas de verdad quieren morir o están resueltos a matarse. FALSO. La mayoría de las personas con ideas suicidas comunican sus pensamientos a por lo menos una persona, o llaman a una línea telefónica de crisis o al médico, lo cual es prueba de ambivalencia, no de intención irrevocable de matarse.
Mito 4: Cuando un individuo da señales de mejoría o sobrevive a un intento de suicidio, está fuera de peligro. FALSO. En realidad, uno de los momentos más peligrosos es inmediatamente después de la crisis o cuando la persona está en el hospital después de un intento de suicidio. La semana después del alta es cuando la persona está particularmente frágil y en peligro de hacerse daño.
Puesto que el comportamiento pasado es pronóstico de comportamiento futuro, el suicida sigue estando en situación de riesgo.
Mito 5: El suicidio es siempre hereditario. FALSO. No todo suicidio se puede relacionar con la herencia, y los estudios concluyentes son limitados. Sin embargo, el historial familiar de suicidio es un factor de riesgo importante de comportamiento suicida, particularmente en familias en que la depresión es común.
Mito 6: Las personas que se suicidan o lo intentan siempre tienen un trastorno mental. FALSO. Los comportamientos suicidas se han asociado con depresión, abuso de sustancias, esquizofrenia y otros trastornos mentales, además de comportamientos destructivos y agresivos. Sin embargo, esta asociación no se debe sobrestimar. La proporción relativa de estos trastornos varía en distintos sitios y hay casos en que no había ningún trastorno mental evidente.
Mito 7: Si habla con un paciente acerca del suicidio, el consejero le está dando ideas. FALSO. Es claro que el consejero no causa el comportamiento suicida con sólo preguntar si el paciente está pensando en hacerse daño. En realidad, la validación del estado emocional de la persona y la normalización de la situación inducida por la tensión son componentes necesarios para reducir la ideación suicida.
Mito 8: El suicidio sólo le ocurre a “otros tipos de personas”, no a nosotros. FALSO. El suicidio le ocurre a todo tipo de personas y se encuentra en todo tipo de familias y sistemas sociales.
Mito 9: Una vez que una persona ha intentado suicidarse, nunca volverá a intentarlo otra vez. FALSO. De hecho, los intentos de suicidio son un pronóstico fundamental de suicidio.
Mito 10: Los niños no se suicidan porque no entienden la finalidad de la muerte y son intelectualmente incapaces de suicidarse.
FALSO. Aunque es poco común, los niños sí se suicidan y cualquier gesto, a cualquier edad, se debe tomar seriamente.

 Estadísticas sobre el suicidio (Extraídas del informe “Violencia Auto infligida”)
Según la OMS se producen 1 millón de suicidios en cada año.
Se producen entonces 1 suicidio cada 40 segundos y un intento cada 3 segundos.
En 2001 los suicidios registrados en todo el mundo superaron la cifra de muertos por homicidios (500.000 muertos) y guerras (230.000 muertos).
Es la 3ª causa de muerte entre los jóvenes varones (entre 15-19 años).
Es la 8ª causa de muerte teniendo en cuenta todas las edades.
Es la 9ª cauda de muerte en las mujeres
El 42% de los pacientes que se suicidaron consultaron a un profesional en los 3 meses previos de cometer el acto. En solo 2 de estas visitas se consignó el riesgo suicida.
Un tercio de las personas que intentan suicidarse repiten el intento en el año siguiente. El 10% de estos finalmente lo logra.
Entre el 16% y el 30% de los adolescentes con ideación suicida lo intentan.

BIBLIOGRAFÍA:
Kuras de Mauer, Susana; Resnizky Silvia. “Territorios del acompañamiento terapéutico”. Ed. Letra Viva.2005. Bs.As.
Kuras de Mauer, S., Resnizky S. "Acompañantes Terapéuticos y Pacientes Psicóticos. Manual introductorio a una estrategia clínica". Ed. Trieb 1985. Bs. As.
Pulice, Gabriel; Rossi, Gustavo. “Acompañamiento terapéutico”. Ed. Polemos. Bs.As.
Pagina OMS: http://www.who.int/es/

viernes, 26 de agosto de 2016

Las producciones científicas serán recepcionadas desde el 1° al 31 de Agosto de 2016 en la siguientedirección: congresoenfermeria@uarg.unpa.edu.ar
Incluir en ASUNTO: Eje Temático y Categoría de Presentación Ejemplo: Eje Temático: Gestión del cuidado: en Enfermería Clínica – Relato de experiencia

sábado, 2 de julio de 2016

ANSIEDAD-ESTRÉS Y PATRONES
DE SALUD DISFUNCIONALES


 La ansiedad o el estrés, al ser uno de los problemas presentes a lo largo de nuestra vida, es también una de las manifestaciones habituales en la mayoría de las personas. La peculiaridad de cada individuo, unida a los múltiples acontecimientos vitales con los que puede encontrarse y tener que afrontar, hace que este problema pueda afectar a todos los patrones de salud, en mayor o menor frecuencia e intensidad. Los parámetros representativos de las manifestaciones también pueden ser muy diversos. En este apartado presentaremos sólo los más habituales. 

 Patrón de percepción y mantenimiento de la salud
Actitud y conductas frente al problemaenfermedad. Pueden variar de la aceptación al rechazo o sobrevaloración; raramente presenta indiferencia. La persona con ansiedad suele estar preocupada por sus problemas y suele buscar de forma insistente, aunque no siempre de la manera más acertada, respuesta a ellos. Las conductas adoptadas pueden ser por consiguiente muy variadas y estar condicionadas por los conocimientos que tiene la persona, así como su antecedente de ansiedad-estrés y las habilidades para controlarlo. Hábitos tóxicos. Puede presentarse ingesta de alcohol u otras sustancias tóxicas como método de control. 

Patrón nutricional y metabólico
Peso e IMC. Pueden estar alterados, por lo que se puede encontrar tanto sobrepeso como bajo peso corporal. Apetito y consumo diario habitual de nutrientes. Pueden encontrarse igualmente aumentados o disminuidos. En situaciones de ansiedad hay personas que perciben “un nudo en la garganta” y son incapaces de comer; sin embargo, en otras, la comida representa un alivio en las situaciones de estrés. Preferencias alimentarias. Generalmente suelen ser nutrientes con un alto poder calórico (dulces e hidratos de carbono). 




Patrón de eliminación
Eliminación intestinal. Tanto la frecuencia como las características pueden estar alteradas, por lo que se puede encontrar en unos casos estreñimiento y en otros, diarrea. Eliminación vesical. Es habitual observar un aumento de la frecuencia unido a sensación de urgencia. Eliminación cutánea. Podemos encontrar sudoración profusa como una de las respuestas fisiológicas de la ansiedad. 

Patrón de actividad y ejercicio
Expresión facial. Puede presentarse tensa o con expresión de enfado. También podemos encontrar ausencia de contacto visual (o contacto escaso) con el interlocutor. Conducta motora. Lo más habitual es que aparezca inquietud o agitación, aunque pueden verificarse otras formas de alteración. La regularidad de esta conducta puede variar según el estado anímico. Deseos de participar en actividades de consumo de energía. Pueden estar disminuidos o aumentados en función del estado anímico acompañante. Cambio notable de habilidades o funciones. En situaciones de estrés moderado o alto puede observarse un deterioro tanto en actividades físicas como intelectuales y socioculturales.

Patrón de sueño y descanso
Horas de sueño y otros descansos. Pueden encontrarse problemas tanto en las horas totales de sueño (generalmente están disminuidas) como en el inicio de éste, su mantenimiento o el despertar. En experiencias de ansiedad, la alteración del sueño suele ser uno de los primeros indicadores. Factores posibles que alteran el sueño.Entre los múltiples factores cabe destacar las ideas persistentes, consideradas muchas veces como intrusas, cambios bioquímicos ocasionados por el mismo desequilibrio orgánico y el consumo de sustancias tóxicas.

 Patrón cognitivo y perceptivo
Nivel de conciencia y actitud respecto del entorno. Lo más habitual es encontrarnos con una actitud hipervigilante, aunque también podría aparecer somnolienta o incluso verificarse confusión. Atención-orientación. Los estados de ansiedad pueden bloquear la atención y ésta, a su vez, repercutir en la orientación temporo-espacial y en la memoria (generalmente reciente). Organización pensamiento-lenguaje. El curso del pensamiento puede acelerarse. El volumen del lenguaje puede ser alto y el tono-modulación nervioso u hostil.

Patrón de autopercepción y autoconcepto
Reactividad emocional. Lo más habitual es encontrar una expansión afectiva con una tonalidad variable. Autoevaluación general y competencia personal. Puede variar en función del estado de ánimo y los pensamientos asociados. No es infrecuente encontrar pensamientos irreales o distorsionados vinculados con autoevaluaciones negativas. Sentimientos respecto de la autoevaluación. Los más habituales son: inutilidad, tristeza, impotencia y rabia. En algunas ocasiones
pueden aparecer sentimientos de euforia y superioridad.

 Patrón de rol y relaciones
Percepción sobre el rol y responsabilidades. Suele estar relacionada con la percepción de control de las situaciones. Relaciones familiares. Pueden aparecer problemas de relación debido a sus conductas no siempre entendidas o compartidas por los otrosmiembros de la familia. Esto hace que se perciban
las relaciones de forma insatisfactoria y que surjan sentimientos negativos o desagradables. Relaciones sociales. La participación en actividades sociales puede aparecer aumentada o disminuida en función de las ideas que tenga la persona sobre sí misma y la percepción de control de las situaciones que impliquen relación interpersonal. El estado de ansiedad puede generar problemas de comprensión y adaptación y, por consiguiente, relaciones problemáticas. Condición escolar/laboral. Pueden aparecer problemas derivados de factores estresantes ambientales o relacionales. La percepción de la situación estará igualmente condiciona a la percepción de control. 

Patrón de sexualidad y reproducción
Respuesta sexual. Pueden aparecer disfunciones específicas ligadas a los estados de ansiedad-estrés.
Patrón reproductivo. Como consecuencia de la ansiedad, tanto en uno como en otro sexo pueden aparecer también problemas asociados con la reproducción. En la mujer pueden aparecer igualmente problemas vinculados con la menstruación y en el climaterio. 

Patrón de afrontamiento y tolerancia al estrés
Estado de tensión/ansiedad. Puede ser temporal, asociado con una causa puntual, o generalizado, el cual responde a un patrón característico de la persona. Posibles factores relacionados. Objetivamente
pue den ser varios pero casi invariablemente contribuyen los pensamientos. Percepción de control. Generalmente se percibe escaso o nulo control sobre la situación o acontecimientos. Esto suele asociarse con sentimientos negativos. 

 Grado de incapacitación. Puede variar de alta a leve, en función de los recursos disponibles y la efi cacia de las estrategias adoptadas. Estrategias de adaptación. El repertorio puede ser muy variado; no obstante, la característica habitual es su ineficacia (al menos de la mayoría) y el hecho de que no siempre son saludables, por ejemplo, el consumo de tóxicos.

Patrón de valores y creencias
Valores y creencias importantes en su historia personal. Muchas veces la irracionalidad de estas creencias es una fuente más de estrés. Lo mismo ocurre con los familiares. Normas de su cultura o aspectos personales que desea sean tenidos en cuenta. Dentro de una comunidad multicultural como es la del siglo xxi, el hecho (o temor) de que no sean respetados algunos valores propios o no puedan ponerse en práctica determinadas pautas de conducta, puede ser una de las principales fuentes de estrés. Por este motivo consideramos muy importante obtener información sobre estos aspectos

domingo, 12 de junio de 2016


El trabajo en Enfermería


Está estructurado con base en niveles de formación diversos en un mismo país y
por títulos variables entre países: pero carece de nitidez en los límites de las
acciones desarrolladas por cada categoría ocupacional.
En la mayoría de los países el personal de enfermería está constituido por tres o
más categorías de personal; y persiste en algunos países grupos ocupacionales
empíricos. Esta heterogeneidad conlleva poca claridad en la delimitación de
funciones, e interfiere en el costo eficacia del cuidado de enfermería y es causa
del deterioro en el posicionamiento e imagen social del grupo profesional.
Enfermería es una práctica sometida a las condiciones del mercado de trabajo, es
decir, a las relaciones entre oferta y demanda de profesionales calificado; el
Estado había sido su mayor empleador hasta los recientes procesos de reforma
sectorial que generan movilidad hacia las instituciones privadas.
El profesional de enfermería, en los actuales servicios de salud, se ha sido
distanciado de las actividades correspondientes a su preparación técnica, y ha
asumido actividades dispersas en administración de personal, administración de
recursos materiales, alimentación de sistemas de información, facturación y tareas
que no realiza otro personal. Esta situación ha sido constatada por muchos
estudios, uno de ellos, realizado por antropólogos en Buenos Aires (Argentina),
refiere:
“La amplia gama de funciones que debe cumplir: distribución de trabajo al
personal; disposición del personal en los distintos días, turnos y servicios;
consecución de ropas, materiales, medicamentos y aparatos ; puesta al día de
información y ficheros ; atención a las demandas de los familiares de los
pacientes; coordinación de los servicios de diagnóstico y tratamiento; atención de
los pacientes, etc. diluye el perfil de su rol y la dispersa en un sinnúmero de tareas
que se apartan del objetivo mismo de la enfermería”.
Otro de estos estudios, concluye que los profesionales de enfermería, cuya
formación tiene un alto costo social, así como un buen nivel de conocimientos,
actitudes y aptitudes individuales, están subutilizados por las instituciones de
salud, y marginados totalmente en su ejercicio profesional, con graves
consecuencias, tanto en la calidad de la atención en salud, como en la satisfacción
profesional. Las razones para esta situación se encuentran en la insuficiencia
cuantitativa de este personal en las instituciones de salud, demostrada también
por estudios diversos (Castrillón et al: 1999).
La ausencia de consenso sobre las funciones del profesional de enfermería,
convierte en problemático el establecimiento de una política asistencial de
enfermería en cualquier institución de salud. Además, el extenso campo de
acción en el que debe desenvolverse un profesional de este tipo, afecta no sólo la
coherencia interna de sus conductas, sino que divide al grupo constituido por sus
pares, creando fracturas artificiales en sus relaciones profesionales y gremiales, e
impidiéndoles actuar organizadamente para reconstruir y reorientar sus perfiles
profesionales.

En la práctica hospitalaria, no se ha logrado la autonomía del profesional de
enfermería, porque sus actuaciones y decisiones quedan entre la autoridad de una
administración superior y la autoridad técnica del médico.
En el campo comunitaria y de la salud pública existen condiciones para desarrollar
un modelo profesional autónomo, de mayor impacto en la gestión y
acompañamiento de proyectos participativos de salud, en los campos de la
promoción de la salud y de la prevención de enfermedades.

Interferencias en el desarrollo profesional

Existen interferencias tanto al interior de la profesión como en el contexto
organizacional en salud que dificultan el desarrollo de la profesión, la investigación
y la prestación de servicios de enfermería de calidad para los usuarios.
Entre las interferencias internas está la baja autoestima, que deviene en la
autocompasión y cuyas raíces se encuentran en la visión de la profesión como un
servicio caritativo de abnegación y vocación y peor aún de ayudantía al personal
médico. La falta de creatividad por rutinización en las prácticas que se realizan
cotidianamente, la ausencia de liderazgo; la falta de iniciativa para proponer
modelos de enfermería y, una baja producción científico - técnica, medida por
número de publicaciones en revistas de circulación nacional e internacional, por
citaciones y por número de enfermeras dedicadas a la investigación. El
distanciamiento del sujeto de atención y la entrega de responsabilidades en
personal menos calificado produce un efecto negativo para la profesión y
constituye riesgos para la salud de la población.
En el proceso de división del trabajo, enfermería ha ido entregando campos que
son de su competencia y de ahí se han derivado otras jóvenes profesiones como
la nutrición, la fisioterapia, la instrumentación quirúrgica, entre otras, que deberían
ser campos especializados de la enfermería, en razón no de alcanzar estatus, sino
de potencializar la labor de los cuidadores. En prospectiva se calcula que otras
nuevas profesiones irán surgiendo para dar cuidados especializados como en el
caso de los viejos donde ya tenemos la gerontología, o para ofrecer cuidados
prolongados o paliativos en el hogar, o para ofrecer servicios preventivos o de
rehabilitación.
Entre las interferencias externas se encuentran, el deterioro en las condiciones
de trabajo, la sobrecarga laboral, la disminución del valor social y económico de la
profesión, la anarquía en la asignación de funciones por parte de la burocracia
administrativa de las instituciones de salud, la mercantilización de la salud y la
baja inversión en el talento humano dentro de los sistemas de salud, las
limitaciones en las posibilidades de estudio y de mayor formación, la ausencia
tanto de educación continua como de exigencias de recertificación y acreditación
profesionales.

La Enfermería en América Latina
Situación actual, áreas críticas y lineamientos para un Plan de Desarrollo

Rosa María Nájera
María Consuelo Castrillón agudelo

Militamos para el Cuidado

Militamos para el Cuidado
cuidar es un arte